"... Cómo no voy a decir que me hace bien recordar si al fin no hice nada mal. Al fin no hice nada mal. ¿Cómo será el día sin el correr del viento? Si en vez de seguir al sol dejo que él me siga a mí. ¿Será que no estamos lejos?¿Será que es mejor así?..."
La mujer no es un objeto… es un tesoro… un universo constelado que sacude en la breve oscuridad de un roce entre pieles... el alma fecunda de un hombre que descubre la inmortalidad al tocar su boca rebosante de maravillas... es un ocaso de colores que relucen en la finitud de la vida... es un camino pleno de adyacencias noctámbulas que ocupan la mente enamorada de quien la sueña... y cómo no voy a seguir creyendo que hay alguna próxima a hacerme flotar?... como olvidarme de ese paseo interestelar que tengo preparado para ella?... como no querer tomar rumbo en dirección de su beso fecundo?... si tan sólo lo que vengo haciendo es esperando... esperándola... esperándote... esperando a que me encuentres... esperándola para amarla... esperándote para descubrir un tesoro en las penumbras... una totalidad hecha amor... un amor de estación eterna... tan sólo un amor.