"No si no quiero llegar, no si no puedo venir...
juegan sus alas con él... para salir a respirar, para ver.
No si no quiero llegar, no si no puedo venir...
juegan sus alas con él... para salir a recibir, para ver."
Pablo Malaurie
Yo nací y comprendí, en seguida, que mi capacidad de arder era una escena de celos que me llevaría a morirme de amor por amarte y querer hacerte feliz.
Y nacer no es para cualquiera... renacer mucho menos... mientras morir es la verdad y vivir una mentira piadosa.
Te dije, en todos los idiomas y dialectos, que te amaba más que a mi propia vida... terminé resignándola con delicioso dolor.
Hoy te veo caminar encima mío... hoy las flores me dan la espalda... hoy quiero morirte un poco de mí.
San Miguel agosto de 2013
3 comentarios:
Ojalá seas feliz en la luz que te ilumina...
Sin dudas, debemos compartir nuestras muertes cotidianas. Saludos!
La muerte cotidiana tiene un sabor amargo tan rico, que la amargura desaparece! besos!
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