ROMA

"Hace dos días que suena la misma canción,

aquella que te gusta tanto...

Que habla de niños alados, espejos quebrados,

merengue y foxtrot...

Casi todo me hace tan mal, o me pone triste...

Yo bailo encerrado, dormido y tapado...

enfermo de amor..."

Mataplantas

Soñar es disciplinar el deseo, darle un curso, un rumbo cierto... entre tanta incertidumbre, nos encontramos, nos dijimos el futuro en un presente cargado de pasados.

La magia de un encuentro de mentes que se aman en soledad, casi equidistantes, como si de un cuerpo compuesto por dos se tratase.

Y venerarte es nombrarte, y tu nombre es una canción popular española, y tus manos un remanso inexplorado, y tu pelo un vendaval arremolinado, y tu vida un lugar donde quiero quedarme a morir de amor y resucitar por amor a vos.

Y yo apenas un esbozo, una sensación de libertad, un temerario del dolor, un segmento entre axiomas matemáticos que resultan un número de oro que me permite conducir mis caminos hacia vos... Roma.

Sólo que en sentido inverso.

Ramos Mejía mayo de 2013