
Bajo las penumbras y con la humedad contorneando las mejillas, algo modificó mi aspecto... todo me lleva a inquietarme.
Un fiel amo que despereza bajo una arboleda muriente; Un barco que se detuvo frente al faro de Alejandría.
Las burbujas de una botella que deshizo el muro en añicos de rencor... sabía que el diluvio no curaría nada y el golpe acabó por desgarrarme entero.
El embate del neorromanticismo... la flagrante comunión de seres que se aquietan en bálsamos anodinos.
Y en la urbe, el grito desenfrenado de las sombras que callaron por no morir.
Presagios de una noche que se mostró dispersa y desentendida... hora veinticinco y seis minutos... feliz cumpleaños!!!.
De nada, por todo y por lo que fuimos.
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